Todos sabemos que las despedidas de soltero son, al menos, escandalosas. Pero no podéis imaginaros, ni por un instante, lo escandalosa, destructora, deshumanizada, incivilizada, exenta de todo limite y divertidísima que fue esta en la que aparezco, en el pasillo de habitaciones de un Viejo Caserón, sobrevolando unos colchones apilados en medio del pasillo.
Ni que decir tiene que los colchones, mantas y demás material eran de las propias habitaciones. No sobrevivieron ni las puertas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario